Francisco I

Realmente estoy profundamente emocionada aún con la elección de Francisco I, el nuevo Papa, es algo que me conmueve no solo como argentina, sino que va más allá y llega hasta las raíces profundas de todo lo que está sucediendo en el mundo.

Si bien desde que estoy tan comprometida con mi tarea espiritual, he dejado de considerarme únicamente perteneciente a la religión católica,  es indudable que la educación recibida desde que nací, tiene más peso que nada y siempre la consideré la base de toda mi fe.  Y sobre todo pude corroborarlo ayer, al sentir tanta emoción por la noticia y alegrarme al ver ese rostro en el cual se vislumbra tanta humildad, sencillez, sinceridad, compromiso, paz, armonía, sabiduría, ganas de cambiar el rumbo de quienes aún creemos que lo espiritual, las buenas obras, la bondad , la luz debe primar sobre la oscuridad.

Hoy, cuando desperté, aún conmocionada positivamente por esta noticia, pensé principalmente en que bien elegido ha sido  el nombre de nuestro nuevo Papa: Francisco. El primer Papa de la historia con ese nombre, el primer Papa de la historia que es latinoamericano  y además Argentino!

Es un orgullo realmente un orgullo que tenemos que agradecer a los nuevos tiempos y me siento honrada por ello, porque esto demuestra que realmente estamos en  presencia de grandes y maravillosos cambios para toda la humanidad, no solo para los argentinos, sino para la historia mundial.

Es un hecho que estamos transitando un Nuevo mundo como lo expresé a comienzos de este año, es un hecho que estamos presenciando muchas transformaciones muy grandes, y que todo va “encajando” por decirlo de algún modo con la Nueva Energía que está facilitando que todo mute hacia la Luz.

Ayer  me preguntaba por qué había elegido ese nombre  y hablando con una amiga, ella conjeturaba que era seguramente por la austeridad y sencillez de Francisco de Asís,  y esto me pareció algo sumamente lógico y a la vez conmovedor, teniendo en cuenta además que como parte de su atuendo portaba como leí en  notas del día de hoy, eligió llevar su pectoral de siempre en lugar del de oro que usaron sus antecesores, un gesto digno de un Papa sencillo y no de un Papa Rey, decía el diario.

Esto además trasciende hacia otros niveles pues también hoy pensé en porqué se realizó ayer la elección, sorpresivamente.

Un 13, número mágico si los hay. Como númeróloga, no puedo evitar analizar numerológicamente todo o casi todo, y elegir mis días de esa manera, dentro de lo posible para poder mejorar la calidad de lo que hago o puedo hacer.

 

Imagino que en la Iglesia seguramente no se fijan en esto, pero quizá desde algún lugar, como inspiración divina, alguien, tal vez un Ángel, pudo “haberles soplado al oído”  que este día era clave para una elección tan importante:

13-03-2013:

Lo analicé varias veces, pues no quería equivocarme, y efectivamente da:

13

Número mágico si los hay…. Número kármico, (significa que hay muchas pruebas involucradas ) tan temido por algunos que no conocen demasiado su valor, y para otros tan especial y realmente lo es:

Es el número que nos indica el cambio total, profundo y renovador ¡¡¡qué mejor elegido que ese! Increíble! ¿Tendrán asesores numerológicos en el Vaticano? Seguramente no, pero la inspiración igual les ha llegado tal vez intuitivamente y fue muy acertada la elección de ese día.

Es muy importante esta elección pues realmente ha marcado ya desde el primer momento un cambio muy profundo con respecto a todo lo que venía sucediendo hasta ahora. Ya venía precedido por una situación extraña, que fue la renuncia del anterior Papa, y el dejar vacío ese lugar. Debía ser así, pues tenía que limpiarse ese lugar para preparar la llegada de algo nuevo.

Solo quería comentarles eso, que el 13 indica justamente  eso: un cambio inmenso después de una muerte, metafórica, muerte de viejas y obsoletas tradiciones, para dar paso a una nueva vida, una nueva energía, un Nuevo Mundo, un Mundo para todos, un Mundo Nuevo de Paz y Armonía al cual seguramente nos llevará de la mano Francisco I.

Leí y quiero destacar además muchas frases notorias, que reflejan claramente el significado de este cambio para toda la humanidad, tomadas del diario La Nación.

El cardenal Jorge Mario Bergoglio no sólo será el primer papa de América latina, el continente más católico del mundo: también será el primer papa jesuita y el primer pontífice de la historia que se llame Francisco.

…”Esta elección es una bellísima señal de renovación de la Iglesia”, estimó anoche el obispo francés Bernard Podvin. Para el prelado, “por primera vez la iglesia de los pobres tiene un papa”.

Ése es probablemente el principal mensaje de la llegada del cardenal Bergoglio al trono de Pedro: el nuevo jefe de la Iglesia Católica deberá encarnar el espíritu de solidaridad, de diálogo y de apertura. Su elección misma es el reconocimiento de la necesidad de un cambio cultural y geográfico y, sobre todo, de una profunda renovación.

Macri por su parte expresaba: “Es tan importante para la humanidad tener un papa como Francisco, que el resto ya es anécdota”. Y aseguró: “Para nuestro país esto empieza a marcar un futuro promisorio para todos los argentinos”.

Finalmente apuntó: “Preferiría no politizar esto, es muy lindo lo que nos ha pasado y espero que lo aprovechemos como inspiración para construir el futuro que nos merecemos”.

Pero uno de los comentarios que más me llamaron la atención fue este de Carlos Pagni, también para La Nación:

“La hagiografía relata que San Francisco rezaba en la ruinosa iglesia de San Damiano, en Asís, cuando Cristo le dijo desde el crucifijo: “Francisco, ¿no ves que mi casa se está derrumbando? Ve, entonces, y restáurala”. Es posible que Jorge Bergoglio haya recordado este episodio cuando se asignó el nombre de uno de los máximos santos del catolicismo. El arzobispo de Buenos Aires no eligió ser papa, pero eligió cómo lo llamarían. Y en esa preferencia cifró el programa religioso de su pontificado.

Realmente pienso que allí se refleja toda nuestra esperanza, si tomamos el significado verdadero que debería tener la Iglesia para todos, una señal, un símbolo más que una religión, de unión entre todos los hombres del mundo, no algo que separe o divida, y que lamentablemente para muchos, parecía o parece estar en crisis.

Creo que este hombre que felizmente ha salido de nuestra Argentina, tan vapuleada, resquebrajada y maltratada, nos representará  mejor que nadie y nos dará la oportunidad de importantes cambios que desde hace tiempo se vienen gestando a nivel mundial pero sobre todo, desde “el otro lado del velo”.

©Marianela Garcet